jueves, 9 de abril de 2015

Gómez Martínez Estefany Lizbeth.

"GRUPO INDÍGENA DE MÉXICO, HUAVE"

·         Significado del nombre indígena: La palabra huave es un exónimo impuesto por los zapotecos y significa gente del mar [cita requerida]. El idioma es llamado por sus hablantes ombeayiiüds o umbeyajts, dependiendo de la variante, que en español significa nuestro idioma. Los huaves se autodenominan mero ikoots, ikojts o kunajts, expresión que traducida literalmente significa "gente que se pudre en la humedad". 
·         Ubicación geográfica:
Hablado en
Región
Hablantes
17,554 (2010)1
No en los 100 mayores(Ethnologue, 2013)
 Idioma huave






·         Lengua indegena que hablan: El idioma huave o mareño es una lengua aislada hablada por el pueblo huave, que habita en el istmo de Tehuantepec, al sureste del estado de México), en la costa del golfo de Tehuantepec y la Laguna Superior. de relación lingüística del huave en alguna familia lingüística más amplia ha sido demostrada con evidencia sólida y suficiente. Por esta razón el huave se considera una lengua aislada. De acuerdo con el Instituto Nacional de las Lenguas Indígenas (Inali) de México, el huave cuenta con dos variedades. La oriental comprende las hablas de Juchitán y San Mateo del Mar, y la occidental es empleada en los municipios de San Francisco y San Dionisio.6
Dialecto y lugar
Número de hablantes (ca.)
ISO 639-3 (SIL)
4.940 (2000)7
hve
900 (1990)8
hue
12.000 (1990)9
huv
Santa María del Mar
500 (1993)10
hvv

·         Vestimenta tradicional.
Los huaves fueron los primeros habitantes del Istmo de Tehuantepec; vencidos en el pasado por los zapotecos, ahora se encuentran reducidos a unos cuantos pueblos, de los cuales San Mateo del Mar es el más importante. Los huaves adoptaron los trajes de sus vecinos y las mujeres copiaron el huipil y el tocado de las tehuanas. No imitaron la falda, que sigue siendo un enredo de dos tiras unidas a lo largo, es roja con rayas verticales amarillas o negras. No está cosida por los lados, y las mujeres la tablean estrechamente fajada a las caderas y las sostienen con un ancho ceñidor, blanco o violeta. Los hombres desde hace tiempo usan pantalón de mezclilla y camisas de manta, sombrero de fieltro o de petate con copa alta y cónica.
Las huaves abandonaron por completo su huipil tradicional. Era de tres lienzos de fino algodón blanco con rayas moradas teñidas de caracol en las uniones de las telas, incluyendo las laterales. Los huaves son casi todos pescadores; así como es difícil encontrar un mixteco de la Alta que no teja el sombrero de palma, así rara vez se ven huaves que no labren redes de pesca.
Las mujeres huaves siguen tejiendo servilletas para las tortillas, generalmente son de algodón blanco con dibujos rojos; en un armonioso desorden se amontonan en ellas figuras de venados, árboles de guajes, águilas, patos y pelícanos. Todas las mujeres siguen tejiendo estas servilletas, tienen mucho encanto ya que en un metro cuadrado de dura labor compendian el mundo vegetal y animal de la región huave.

·         Comida típica: En Oaxaca, como en todo el país, son la tortillas, no solamente las redondas compañeras de la comida principal - cuando ésta existe - sino el alimento más versátil. Son ingrediente o utensilio, acompañamiento o plato fuerte. Cortadas en pedazos, se convierten en chilaquiles; dobladas por mitad y con algún relleno, en quesadillas o empanadas; presionadas de los bordes y untadas de asiento, en memelas, picadas o gorditas; fritas hasta crujir, en tostadas; remojadas y vueltas a moler en el metate - rehusadas que dirían los técnicos - en nueva masa para tamales; enrolladas, en tacos y molotes; además de que según la salsa con que se les bañe, se transformarán en enmoladas, entomatadas, enfrijoladas o enchiladas. Todo esto, con la aparición decorativa y ocasional de unas cuantas hebras de carne, un chorrito de crema, unas hojas de perejil o unas tímidas migajas de queso.
·         Costumbres y fiestas patronales.
Huaves: La vida ceremonial de los huaves está ligada con la naturaleza y con los ciclos estacionales. En San Dionisio del Mar, una vez transcurridas las festividades de Semana Santa, autoridades y rezadores locales van a pedir lluvia a Cerro Cristo, pequeña isla que los huaves reconocen como lugar sagrado; otro es Cerro Bernal, visible desde la playa que une a San Mateo del Mar con el océano y hacia donde se dirigen las peticiones de este municipio. En su ciclo anual, los huaves de San Mateo cuentan con tres celebraciones importantes: la Candelaria, a principios de febrero; Corpus Christi, hacia la mitad del año, y la fiesta patronal de san Mateo, el 19 de septiembre.
·         Mitos y leyendas: Una viuda y el diablo (cuento huave)
Cuentan que una vez, el diablo se enamoró de una viuda. Llegaba a su casa y le platicaba. A la señora no le gustaba y además, tenía miedo de que se enojara. Tanto y tanto le ofrecía el diablo que por fin la señora dijo:
–Bueno, seré tu mujer si me construyes una casa bonita.
EI diablo se la hizo. La viuda fue a buscar al cura para que le echara agua bendita; así, el pobre diablo no podría entrar a la casa que el mismo había hecho.
El cura le advirtió:
–Si no encuentras el modo de acabar con él, el acabará contigo.
La mujer pensó bien el asunto y esto hizo: buscó dos montones de botellas, uno blanco y otro oscuro. Se sentó en la enramada, era la hora en que acostumbraba llegar el diablo. La encontró muy atareada.
–¿Qué haces?
–Aquí, lavando botellas. ¿No me ayudas?
–Sí.
–Lava ese montón de botellas –le dijo señalando las oscuras–, hasta que queden limpias, como esas –y señaló el otro montón.
–¿Y cómo crees que voy a hacer claro lo oscuro? No se puede.
–Claro que sí, mira ya todas las que llevo.
–¿Y cómo le hiciste?
–Ah, es que se tienen que lavar por dentro. Si eres poderoso, ¿por qué no te
metes?
El diablo entró en una botella y la mujer luego la tapó. Ya que tuvo encerrado al diablo, fue al monte y, con todo y botella, lo enterró.
Y por eso dicen que sólo las mujeres son más listas que el diablo.

·         Música: Contiene ejemplos de la música huave, dedicado a la pesca, que habita en la parte costera sur del istmo de Tehuantepec en el estado de Oaxaca. Las sonoridades impresionantes de los instrumentos utilizados por esa etnia –tales como carapachos de tortuga y batería de cencerros– hacen que su música adquiera un carácter excepcional.

Una parte de la música y danzas huaves, aunque asociadas al calendario festivo católico, también se interpreta como una forma de adorar –y al mismo tiempo ejercer presión– a los amenazantes protagonistas de su entorno: los vientos, el mar, la lluvia, las tormentas y los rayos.
·         Tipos de vivienda: Si las paredes de concreto y los techos de lámina tienden a ganar cada vez más terreno en las poblaciones huaves, aun es posible observar en San Mateo del Mar las tradicionales casas hechas de horcones, carrizo enjarrado y palma real. Sobre los patios se construyen enramadas que sirven por igual como área de trabajo o lugar de descanso donde se cuelgan las hamacas y se pone a secar el pescado o el camarón. El patio y la enramada son, en cierta medida, los espacios de socialización; en ellos se recibe a los visitantes, se convive y se discuten los asuntos familiares. La cocina, situada generalmente sobre el mismo patio, consta de un fogón y un horno. A diferencia de la enramada, los dormitorios representan un ámbito privado donde se guardan las escasas pertenencias y se prenden las velas de los altares familiares.
·         Formas de gobierno: Los huaves estructuran su vida social a partir de un sistema de cargos jerarquizado que obliga a los hombres de la comunidad a cumplir, de manera gratuita, con los cargos que les sean asignados. Se organizan en torno a dos poderes: el religioso y el municipal. La organización jerárquica del primero se compone de cinco escalafones que concluyen con el cargo de maestro de capilla, máxima autoridad de la iglesia. La organización del segundo es mucho más compleja y se articula en tres niveles que contienen 13 cargos. El nivel superior puede dividirse en dos subgrupos: el mayor, el juez de mandato, el suplente del alcalde y el suplente del presidente municipal por un lado, y el alcalde y el presidente municipal por el otro. Hasta el segundo nivel la naturaleza de los cargos es obligatoria y clausura el ciclo de servicios que todo hombre debe ofrecer a la comunidad; los cargos del último nivel son, por el contrario, puestos electivos a los que sólo se accede por el consenso comunitario.
Las funciones civiles están ligadas a la actividad ceremonial ya que el orden de la estructura municipal supone un conjunto de obligaciones rituales vinculadas con el nivel y tipo de cargo que se ocupa. A los cargos más altos, es decir, presidente municipal y alcaldes, corresponde solicitar la lluvia y el bienestar para la comunidad. En el universo de los huaves, estas dos figuras representan simbólicamente dos mundos opuestos y convergentes: el terrenal y el divino. Mientras que el poder presidencial se circunscribe a un campo administrativo, el poder del alcalde se sustenta sobre un vínculo entre éste y las divinidades locales: monteoks y nahuales.
A la extensa red de relaciones que se establecen entre la estructura civil y la religiosa, se une la línea de la mayordomía. Su acceso no es directo y supone el servicio de cargos previos que, una vez cumplidos, aseguran el ascenso a la categoría de mayordomo.
Este tipo de organización, que antiguamente regía los diversos municipios huaves, sólo se mantiene vigente -con grandes dificultades- en San Mateo del Mar. San Francisco y San Dionisio del Mar han visto fracturado su sistema de cargos y actualmente organizan sus calbidos políticos mediante elecciones partidistas. El tequio o trabajo comunitario sólo se mantiene vigente en San Mateo del Mar.

·         Instructura y servicios públicos: Entre las vías de comunicación con que cuenta la zona existe un camino de terracería que une a Salina Cruz con San Mateo del Mar; dicho camino concluye en Santa María del Mar, agencia municipal de Juchitán y cuarta población huave de relativa importancia. La ubicación de San Francisco y San Dionisio del Mar, hacia el suroeste de las lagunas, dificulta el acceso terrestre a estos municipios y obliga a bordear la región lacustre por la carretera que comunica al Istmo de Tehuantepec con el estado de Chiapas. Las posibilidades de comunicación entre los tres municipios se reducen a dos vías: la terrestre, por medio del transporte público, generalmente escaso, y la travesía a lo largo de las lagunas cuando el viento del norte lo permite.
En relación con los servicios de salud, la asistencia médica enfrenta problemas de difícil solución, debido a la escasez de recursos y a una estrategia cultural divergente. Aun cuando los huaves han integrado los métodos de la medicina moderna a los de la tradicional, continúan viendo con recelo a los médicos que vienen de fuera y desconocen su lengua y sus tradiciones.
En materia de infraestructura escolar, a partir de 1972 se pusieron en marcha los programas de educación bilingüe que cubre el nivel elemental. Generalmente, los huaves no rebasan este nivel pues los planteles de educación media superior se ubican en Salina Cruz, Juchitán y Tehuantepec.
·         Principales problemas que enfrenta: Los conflictos territoriales afectan por igual las relaciones entre municipios zapotecos como las que median entre los huaves. Los zapotecos, dueños de un territorio fértil, geográficamente estratégico para su desarrollo, han consolidado un régimen económico y político que les permite ejercer su dominio frente a los pueblos indígenas vecinos. Este dominio se expresa sobre todo en el ámbito comercial mediante el acaparamiento de los productos pesqueros y agrícolas de la zona pero también en el lenguaje, la indumentaria y las prácticas ceremoniales. Un "modelo" zapoteco de festejar, vestirse o casarse ha sido adoptado por mixes y chontales. Los huaves solían mantener un estrecho contacto con los chontales a través de visitas ceremoniales; sin embargo, la cercanía entre ambos grupos no se ha visto favorecida por la falta de caminos y carreteras.


           

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