"GRUPO INDÍGENA DE MÉXICO, HUAVE"
· Significado del nombre indígena: La palabra huave es un exónimo impuesto por los zapotecos y significa gente del mar [cita requerida]. El idioma es llamado por sus hablantes ombeayiiüds o umbeyajts, dependiendo de la variante, que en español significa nuestro idioma. Los huaves se autodenominan mero ikoots, ikojts o kunajts, expresión que traducida literalmente significa "gente que se pudre en la humedad".
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Ubicación
geográfica:
Hablado en
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Región
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Hablantes
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17,554 (2010)1
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No en los 100
mayores(Ethnologue, 2013)
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Idioma huave
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· Lengua indegena que hablan: El idioma huave o mareño es una lengua aislada hablada por el pueblo huave, que habita en el istmo de Tehuantepec, al sureste del estado de México), en la costa del golfo de Tehuantepec y la Laguna Superior. de relación lingüística del huave en alguna familia lingüística más amplia ha sido demostrada con evidencia sólida y suficiente. Por esta razón el huave se considera una lengua aislada. De acuerdo con el Instituto Nacional de las Lenguas Indígenas (Inali) de México, el huave cuenta con dos variedades. La oriental comprende las hablas de Juchitán y San Mateo del Mar, y la occidental es empleada en los municipios de San Francisco y San Dionisio.6
Dialecto y lugar
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Número de hablantes (ca.)
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ISO 639-3 (SIL)
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hve
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hue
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12.000 (1990)9
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huv
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Santa María del Mar
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hvv
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Vestimenta
tradicional.
Los huaves fueron los primeros habitantes del
Istmo de Tehuantepec; vencidos en el pasado por los zapotecos, ahora se
encuentran reducidos a unos cuantos pueblos, de los cuales San Mateo del Mar es
el más importante. Los huaves adoptaron los trajes de sus vecinos y las mujeres
copiaron el huipil y el tocado de las tehuanas. No imitaron la falda, que sigue
siendo un enredo de dos tiras unidas a lo largo, es roja con rayas verticales
amarillas o negras. No está cosida por los lados, y las mujeres la tablean estrechamente
fajada a las caderas y las sostienen con un ancho ceñidor, blanco o violeta.
Los hombres desde hace tiempo usan pantalón de mezclilla y camisas de manta,
sombrero de fieltro o de petate con copa alta y cónica.
Las huaves abandonaron por completo su huipil
tradicional. Era de tres lienzos de fino algodón blanco con rayas moradas
teñidas de caracol en las uniones de las telas, incluyendo las laterales. Los
huaves son casi todos pescadores; así como es difícil encontrar un mixteco de
la Alta que no teja el sombrero de palma, así rara vez se ven huaves que no
labren redes de pesca.
Las mujeres huaves siguen tejiendo
servilletas para las tortillas, generalmente son de algodón blanco con dibujos
rojos; en un armonioso desorden se amontonan en ellas figuras de venados,
árboles de guajes, águilas, patos y pelícanos. Todas las mujeres siguen
tejiendo estas servilletas, tienen mucho encanto ya que en un metro cuadrado de
dura labor compendian el mundo vegetal y animal de la región huave.
·
Costumbres
y fiestas patronales.
Huaves: La vida ceremonial de los huaves está
ligada con la naturaleza y con los ciclos estacionales. En San Dionisio del
Mar, una vez transcurridas las festividades de Semana Santa, autoridades y
rezadores locales van a pedir lluvia a Cerro Cristo, pequeña isla que los
huaves reconocen como lugar sagrado; otro es Cerro Bernal, visible desde la
playa que une a San Mateo del Mar con el océano y hacia donde se dirigen las
peticiones de este municipio. En su ciclo anual, los huaves de San Mateo
cuentan con tres celebraciones importantes: la Candelaria, a principios de
febrero; Corpus Christi, hacia la mitad del año, y la fiesta patronal de san
Mateo, el 19 de septiembre.
·
Mitos
y leyendas: Una viuda y el diablo (cuento huave)
–Bueno, seré tu mujer si me construyes una casa bonita.
EI diablo se la hizo. La viuda fue a buscar al cura para que le echara agua bendita; así, el pobre diablo no podría entrar a la casa que el mismo había hecho.
El cura le advirtió:
–Si no encuentras el modo de acabar con él, el acabará contigo.
La mujer pensó bien el asunto y esto hizo: buscó dos montones de botellas, uno blanco y otro oscuro. Se sentó en la enramada, era la hora en que acostumbraba llegar el diablo. La encontró muy atareada.
–¿Qué haces?
–Aquí, lavando botellas. ¿No me ayudas?
–Sí.
–Lava ese montón de botellas –le dijo señalando las oscuras–, hasta que queden limpias, como esas –y señaló el otro montón.
–¿Y cómo crees que voy a hacer claro lo oscuro? No se puede.
–Claro que sí, mira ya todas las que llevo.
–¿Y cómo le hiciste?
–Ah, es que se tienen que lavar por dentro. Si eres poderoso, ¿por qué no te
metes?
El diablo entró en una botella y la mujer luego la tapó. Ya que tuvo encerrado al diablo, fue al monte y, con todo y botella, lo enterró.
Y por eso dicen que sólo las mujeres son más listas que el diablo.
· Música: Contiene ejemplos de la música huave, dedicado a la pesca, que habita en la parte costera sur del istmo de Tehuantepec en el estado de Oaxaca. Las sonoridades impresionantes de los instrumentos utilizados por esa etnia –tales como carapachos de tortuga y batería de cencerros– hacen que su música adquiera un carácter excepcional.
Una parte de la música y danzas huaves, aunque asociadas al calendario festivo católico, también se interpreta como una forma de adorar –y al mismo tiempo ejercer presión– a los amenazantes protagonistas de su entorno: los vientos, el mar, la lluvia, las tormentas y los rayos.
·
Tipos
de vivienda: Si las paredes de concreto y los techos de
lámina tienden a ganar cada vez más terreno en las poblaciones huaves, aun es
posible observar en San Mateo del Mar las tradicionales casas hechas de
horcones, carrizo enjarrado y palma real. Sobre los patios se construyen
enramadas que sirven por igual como área de trabajo o lugar de descanso donde
se cuelgan las hamacas y se pone a secar el pescado o el camarón. El patio y la
enramada son, en cierta medida, los espacios de socialización; en ellos se
recibe a los visitantes, se convive y se discuten los asuntos familiares. La
cocina, situada generalmente sobre el mismo patio, consta de un fogón y un
horno. A diferencia de la enramada, los dormitorios representan un ámbito
privado donde se guardan las escasas pertenencias y se prenden las velas de los
altares familiares.
·
Formas
de gobierno: Los huaves estructuran su vida social a
partir de un sistema de cargos jerarquizado que obliga a los hombres de la
comunidad a cumplir, de manera gratuita, con los cargos que les sean asignados.
Se organizan en torno a dos poderes: el religioso y el municipal. La
organización jerárquica del primero se compone de cinco escalafones que
concluyen con el cargo de maestro de capilla, máxima autoridad de la iglesia.
La organización del segundo es mucho más compleja y se articula en tres niveles
que contienen 13 cargos. El nivel superior puede dividirse en dos subgrupos: el
mayor, el juez de mandato, el suplente del alcalde y el suplente del presidente
municipal por un lado, y el alcalde y el presidente municipal por el otro.
Hasta el segundo nivel la naturaleza de los cargos es obligatoria y clausura el
ciclo de servicios que todo hombre debe ofrecer a la comunidad; los cargos del
último nivel son, por el contrario, puestos electivos a los que sólo se accede
por el consenso comunitario.
Las funciones civiles están ligadas a la
actividad ceremonial ya que el orden de la estructura municipal supone un
conjunto de obligaciones rituales vinculadas con el nivel y tipo de cargo que
se ocupa. A los cargos más altos, es decir, presidente municipal y alcaldes,
corresponde solicitar la lluvia y el bienestar para la comunidad. En el
universo de los huaves, estas dos figuras representan simbólicamente dos mundos
opuestos y convergentes: el terrenal y el divino. Mientras que el poder
presidencial se circunscribe a un campo administrativo, el poder del alcalde se
sustenta sobre un vínculo entre éste y las divinidades locales: monteoks y
nahuales.
A la extensa red de relaciones que se
establecen entre la estructura civil y la religiosa, se une la línea de la
mayordomía. Su acceso no es directo y supone el servicio de cargos previos que,
una vez cumplidos, aseguran el ascenso a la categoría de mayordomo.
Este tipo de organización, que antiguamente
regía los diversos municipios huaves, sólo se mantiene vigente -con grandes
dificultades- en San Mateo del Mar. San Francisco y San Dionisio del Mar han
visto fracturado su sistema de cargos y actualmente organizan sus calbidos
políticos mediante elecciones partidistas. El tequio o trabajo comunitario sólo
se mantiene vigente en San Mateo del Mar.
·
Instructura
y servicios públicos: Entre las vías de comunicación con que
cuenta la zona existe un camino de terracería que une a Salina Cruz con San
Mateo del Mar; dicho camino concluye en Santa María del Mar, agencia municipal
de Juchitán y cuarta población huave de relativa importancia. La ubicación de
San Francisco y San Dionisio del Mar, hacia el suroeste de las lagunas,
dificulta el acceso terrestre a estos municipios y obliga a bordear la región
lacustre por la carretera que comunica al Istmo de Tehuantepec con el estado de
Chiapas. Las posibilidades de comunicación entre los tres municipios se reducen
a dos vías: la terrestre, por medio del transporte público, generalmente
escaso, y la travesía a lo largo de las lagunas cuando el viento del norte lo
permite.
En relación con los servicios de salud, la
asistencia médica enfrenta problemas de difícil solución, debido a la escasez
de recursos y a una estrategia cultural divergente. Aun cuando los huaves han
integrado los métodos de la medicina moderna a los de la tradicional, continúan
viendo con recelo a los médicos que vienen de fuera y desconocen su lengua y
sus tradiciones.
En materia de infraestructura escolar, a
partir de 1972 se pusieron en marcha los programas de educación bilingüe que
cubre el nivel elemental. Generalmente, los huaves no rebasan este nivel pues
los planteles de educación media superior se ubican en Salina Cruz, Juchitán y
Tehuantepec.
·
Principales
problemas que enfrenta: Los conflictos territoriales afectan por
igual las relaciones entre municipios zapotecos como las que median entre los
huaves. Los zapotecos, dueños de un territorio fértil, geográficamente
estratégico para su desarrollo, han consolidado un régimen económico y político
que les permite ejercer su dominio frente a los pueblos indígenas vecinos. Este
dominio se expresa sobre todo en el ámbito comercial mediante el acaparamiento
de los productos pesqueros y agrícolas de la zona pero también en el lenguaje,
la indumentaria y las prácticas ceremoniales. Un "modelo" zapoteco de
festejar, vestirse o casarse ha sido adoptado por mixes y chontales. Los huaves
solían mantener un estrecho contacto con los chontales a través de visitas
ceremoniales; sin embargo, la cercanía entre ambos grupos no se ha visto
favorecida por la falta de caminos y carreteras.
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